Sunday 13 May 2012

una españolización del naturalismo


La familia de Pascual Duarte es una obrita inmensa que se lee de un tirón y que deja la impresión de un gran hacer literario. Ha sido la segunda novela de Camilo José Cela que he leído. La primera, La colmena, lectura infantil, también me agradó bastante, por lo que ya concluyo que Cela es un autor que me interesa. Esta edición, de 1995, de Destinolibro, viene sin introducción, sin notas, por lo que carezco de información alguna sobre las circumstancias del texto y sólo puedo comentar lo que buenamente éste me sugiera a mí en su formal desnudez.

En mis reflexioes sobre esta novelita me viene a la cabeza un apunte de Antonio Muñoz Molina citado en su artículo 'Necesidad de una biblioteca' publicado en el Babelia de ayer, 12 de marzo de 2012: "No se puede ser contemporáneo sin una tradición. Cada uno, más o menos, va eligiendo la suya, sobre todo en culturas tan sobresaltadas como las hispánicas, en las que el diálogo entre las generaciones se interrumpe con mucha frecuencia por desastres civiles, por terribles penurias que llevan a la dispersión o a la directa aniquilación de zonas enteras del pasado."

Se trata de una reflexión muy certera. Es una lástima que Muñoz Molina no haya ahondado más en ella. Porque las tres primeras décadas del siglo veinte fueron en las letras españolas una época de experimentación modernista en contacto con las corrientes internacionales, la talmente denominada Edad de Plata por José-Carlos Mainer. Y la guerra civil en efecto truncó esta corriente. Y así nos encontramos con una novela como La familia de Pascual Duarte, de 1942, que no muestra atisbo alguno de que las innovaciones experimentales de Unamuno, de Valle-Inclán, de Lorca, jamás hubieran existido, sin que por esto la novela desmerezca en su calidad, claro está, pero más bien se emparenta en su construcción temática e ideológica con el naturalismo determinista de Zola qeu tuvo lugar precisamente en los albores de la edad Moderna y no en sus postrimerías, que es cuando Cela escribe.

La familia de Pascual Duarte es, pues, una novela post-naturalista española de 1942, y su naturalismo está españolizado mediante el hincapié que se hace en la representación de los rasgos de personajes surgidos del pueblo, con su primitivismo vital, el regodeo hiper-realista en la representación desnuda de espacios y personajes sobre los que no hay nada que admirar. La otra vertiente por la que se españoliza el naturalismo francés es en la recurrencia al tema de la fatalidad concebida no como un mecanismo ciego que gobierna el Universo impersonalmente sino como la herramienta de un Dios consciente, quien, por capricho motivado por razonamientos que nos son ajenos, decide que unas perosnas hagan transcurrir sus vidas por caminos de rosas y otras arrastrándose.

La familia de Pascual Duarte son un grupo que pertenece a la segunda categoría. Pascual es de naturaleza violento, aunque no malo. Las motivaciones que desencadenan sus impulsos homicidas incontrolables no son del tipo que encontramos en Zola: el hambre, el materialismo, la lujuria, el gusto por el crimen... No, lo que hace principalmente que la sangre de Pascual hierva es el deshonor, y lo que él considera afrentas a su hombría, bien sean éstas las relaciones de el Estirao con su hermana Rosario y con su primera mujer Lola o los abusos de su propia madre. Pascual Duarte puede bien ser un miserable reducto de la naturaleza humana, pero él mismo es consciente de su propia bajeza y del condicionamiento de su entorno. También es consciente de la mano de Dios en su destino, cuya voluntad acepta, aun a regañadientes, en el mismo patíbulo. No mata más que por defender concepciones ideales: su hombría, su honra, y en plena conciencia de que la predestinación al crimen es tan inexorable como inescrutables los designios de Dios para ponerle en tales aprietos como en los que se encuentra. La idealización de su virilidad y de su honra, que se le presenta a Pascual Duarte como la necesidad imperiosa de superar el idiotismo castrante de su hermano Mario, es la motivación que le induce repetidas veces al asesinato, y es por esto que Pascual Duartees un (anti)héroe naturalista español, Quijote y Sancho, y no una mera hormiguita inmersa en la maquinaria universal que Zola sugirió es el mundo.

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