Sunday 24 July 2011

Me suele ocurrir que por intuición suelo adivinar si una obra o un artista me van a gustar o no. Me ha pasado con Vargas Llosa y con Haruki Murakami este verano. Vargas Llosa nunca pensé que fuera a convertirse en un autor favorito, y finalmente acabo de leer una de sus novelas, La fiesta del chivo, y la he leído entera en unos días, y reconozco el dominio narrativo, pero no puedo simpatizar con ella. Tiene un tono brutal que no esperaba.

Mis novelas latinoamericanas favoritas son El Señor Presidente de Miguel Angel Asturias, La vorágine de José Eustasio Rivera y Los pasos perdidos de Alejo Carpentier.

Sin embargo Haruki Murakami siempre pensé sería de mi agrado y hoy he empezado su Kafka en la orilla y me parece que tiene toda la apariencia de ser una obrita maravillosa.